Pamplona - Fuerte San Cristóbal

La ejecución del fuerte comenzó despues de la Guerra carlista, formando parte de la defensa del Pirineo mediante campos atrincherados, del que el Fuerte fue el único en ser construido dentro del campo atricherado de Pamplona.

Se encuentra rodeada por un foso que impediría un posible ataque de la infantería. La parcela sobre la construyó tiene una extensión de 615 000 m², de los cuales 180 000 m² son de la fortaleza. Dispone de una obra avanzada.

El fuerte nunca llegó a ser usado con fines defensivos por la aparición de la aviación que volvió obsoleta este tipo estructuras. Sin embargo, se utilizó como penal militar desde 1934 hasta 1945, algo para la que no fue concebida y para lo que se precisó la construcción de muros de separación entre las dependencias carcelarias y las de los guardianes, demolidos a principios del siglo XXI. Finalizada la Revolución de octubre de 1934, centenares de prisioneros asturianos y eibarreses fueron encerrados en estas galerías. 

A partir del golpe militar de julio de 1936, en el que Navarra quedó bajo el control de los sublevados, volvió a llenarse el penal, y en pocos meses tenía una población de unos 2000 presos. A muchos de ellos, sobre todo navarros y algunos riojanos se les anunciaba la "puesta en libertad" y cuando iniciaban el descenso del monte eran abatidos.